Es una ciudad hermosa todo el año, pero se dice que está en su mejor momento a finales de primavera y en otoño. El río Arno atraviesa Florencia, excepto en verano, cuando se seca.
Sin embargo, cuando se llena de agua, se ha sabido que se inunda y los habitantes del pueblo han tenido que desplazarse en barca por las calles cercanas.
Hay seis puentes que cruzan el Arno. El más antiguo se llama Ponte Vecchio y está flanqueado por puestos de orfebres, que se han convertido en un sello distintivo del puente.
En Florencia viven 350.000 personas en una superficie de 102 kilómetros cuadrados, lo que supone una densidad de población de algo más de 3.400 habitantes por kilómetro cuadrado.
Como ciudad, Florencia es toda una experiencia cultural, quizá sobre todo para los amantes de la arquitectura y el arte, con un amplio abanico de magníficas obras de arte, lugares de interés y edificios históricos.
La más grandiosa es la catedral de Santa María del Fiore. Florencia también ha sido cuna de grandes artistas: Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, Dante, Donatello y Ghiberti, entre otros. En el museo de la ciudad, los Uffizi, la respuesta italiana al Louvre de París, podrá contemplar de cerca las obras de estos artistas.
Historia de la ciudad
Florencia ya era mencionada por los veteranos de guerra romanos en el año 59 a.C.. Al descubrir que Florentia, como llamaban a la ciudad, tenía un suelo fértil, decidieron construir allí una ciudad siguiendo el modelo de un campamento militar.
Un aspecto que aún hoy perdura en la ciudad. El emperador Diocleciano convirtió entonces Florentia en la capital de los Tuscias (Toscanos). La primera catedral de Santa Refarata se construyó a medida que el cristianismo se extendía en los años 200.
El desarrollo despegó entonces y el comercio con otras ciudades se hizo realidad. Ya en la Edad Media, la ciudad era un importante centro de arte, y durante el Renacimiento adquirió relevancia para la ciencia y la arquitectura. De 1865 a 1871, Florencia fue la capital de una Italia unida, bajo el gobierno de Víctor Manuel II, y hoy ha crecido hasta convertirse en uno de los destinos turísticos más populares del mundo y en un paraíso para los artistas.
Atracciones
Como ya hemos dicho, hay mucho que ver en Florencia: iglesias, museos y palacios asombrosos, calles comerciales y preciosas plazas con acogedores asientos al aire libre. A continuación te mostramos tres de los lugares imprescindibles que no debes perderte durante tu visita a la ciudad del arte.
Catedral de Santa María del Fiore
Con estatuas y un montón de detalles graciosos e inusuales de formas triangulares, circulares y rectangulares, este feo edificio eclesiástico es un festín para los ojos. Santa Maria del Fiore merece sin duda un largo recorrido para descubrirla por dentro y por fuera, incluidos el baptisterio, la cúpula y el museo de la catedral.
Palacio del Bargello
El Bargello es uno de los edificios más antiguos de Florencia, pues data de 1255. Al igual que el Palazzo Vecchio, el Bargello ha albergado diversas profesiones.
Al principio era la sede del gobierno, pero en el siglo XVI se trasladó el jefe de policía y desde entonces también ha sido prisión. Algunas ejecuciones tuvieron lugar aquí hasta finales del siglo XVIII.
Desde entonces, el Bargello ha sido restaurado y ahora es un museo con muchas esculturas famosas, entre ellas la escultura de bronce David, de Donatello.
El palacio Palazzo Vecchio
En la Piazza Signoria se encuentra este palacio de piedra oscura con aspecto de fortaleza de 700 años de antigüedad, habitado por la familia de banqueros medievales Médicis y el Ayuntamiento de Florencia.
El palacio también ha sido el edificio principal del gobierno y del parlamento. Aquí también se encuentra el museo Loggia della Signoria.
Ponte Vecchio
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